lunes, 1 de junio de 2015

Apalancamiento

Pido disculpas por la desaparición de prácticamente medio año del blog. Han ocurrido ciertas cosas en mi ámbito personal que han necesitado de toda mi concentración para poder ser llevadas a cabo. Después de esa breve explicación... ¡comenzamos!



Muchas veces oímos en los medios de comunicación que se ha realizado una operación económica con "apalancamiento". ¿Alguien sabría decirme a qué se refieren?
En realidad resulta bastante sencillo: un apalancamiento no es, ni más ni menos, que la posibilidad de realizar una operación económica con fondos propios y un crédito.
Si realizamos una compra de una acción con el valor de 100 euros, en realidad no es necesario que tengamos 100 euros en la cartera: podemos tener 10 euros y pedir un "crédito" (apalancamiento) de x10. ¡O tener 1€ y apalancar a x100!




He encontrado un ejemplo práctico absolutamente ideal en el blog "El blog salmón", que hará que podáis entender qué ventajas tiene el apalancamiento:
¿Qué ocurre si realizamos la operación con cierto apalancamiento financiero? Imaginemos pues que ponemos 200.000 euros y un banco (o varios, en un crédito sindicado) nos presta 800.000 euros a un tipo de interés del 10% anual. Al cabo de un año las acciones valen 1,5 millones de euros y vendemos. ¿Cuánto hemos ganado? Primero, debemos pagar 80.000 euros de intereses. Y luego debemos devolver los 800.000 euros que nos prestaron. Es decir, ganamos 1,5 millones menos 880.000 euros menos 200.000 euros iniciales, total 420.000 euros. Menos que antes, ¿no? Sí, pero en realidad nuestro capital inicial eran 200.000 euros, y hemos ganado 420.000 euros, es decir, un 210%. ¡La rentabilidad se ha multiplicado!

Bonito, ¿verdad? Simplemente tenemos que pagar esa comisión a la entidad que nos ofrece el crédito (hay entidades que cobran fijo por el tipo de apalancamiento y otras que cobran en base a los días que esté la operación abierta, tenemos que informarnos en nuestro broker personal) y nos hacemos ricos con menos de lo que teníamos al principio.

Alto ahí: no todo es de color de rosa. ¿Y si perdemos? La pérdida se aplicará al dinero que nosotros hemos puesto sobre la mesa, a lo que hay también que descontar la comisión de la entidad que nos ofreció el apalancamiento, que debemos pagar sí o sí.

Conclusión: el alto apalancamiento tiene muchas ventajas, pero también hay que saber manejarlo con cuidado. No es oro todo lo que reluce, y si bien debemos aprender a utilizarlo (y no mintamos: todos lo utilizamos), hay que ir con pies de plomo y apalancar siempre preferiblemente por lo bajo.

En mi caso, me encuentro cómoda con un apalancamiento a x20, o x50 en el caso de cuentas de más de 50.000€. Jugando con el apalancamiento y con el volumen, debemos controlar nuestro nivel de riesgo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario